La celebración de la Eucaristía es centro y cumbre de la liturgia, y recoge de modo admirable la esencia de nuestro carisma, al hacer presente el Misterio Pascual. En ella ofrecemos a Cristo y nos ofrecemos con El unidas a toda las humanidad.
«Es la forma suprema de adoración, acción de gracias, súplica y reparación. Asistimos cada día a este misterio de fe, y recibimos la Sagrada comunión, conscientes de estar participando en el acto comunitario por excelencia, ya que en él se robustece la vida de fe, amor y servicio apostólico de la comunidad» (Const. nº 48)
» La Eucaristía nos invita e impulsa a ofrecer en unión con Cristo nuestra vida y nuestro trabajo, para quedar incorporadas a su misterio salvador. Revitalizaremos en ella diariamente nuestro encuentro con Cristo y los hermanos. » Estatutos nº 63
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