DE ENCUENTRO EN CULLERA
Siempre dispuestos a escuchar la voz del Espíritu y a dejarnos guiar por Él, allá que nos fuimos este grupo de catequistas de oratorio para llenar de Dios nuestra vida y poder poner a los niños en sus manos igual que lo hizo Madre Josefa.
Y como no, después de recibir un buen alimento espiritual también repusimos fuerzas en una comida compartida.
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